Somos Marcos ATTILIO y Angela MOCHI, una pareja brasileña, ambos ingenieros de alimentos que estamos en el negocio del vino desde 1999. En 2011, dejamos nuestro país para construir un sueño en el Valle de Casablanca.
Desde entonces, plantamos un pequeño viñedo con 8 variedades, incluida la primera Grenache en el Valle y hacemos vinos de alta calidad, de clima fresco, a escala humana y que hablan de nuestro terruño.
Nuestras manos están en cada parte del proceso, desde el cultivo de la vid hasta el embotellado. Somos «verdes», conscientes de la importancia de los recursos naturales, nos preocupamos por el medio ambiente, por nuestros vecinos y estamos enfocados en la sustentabilidad.
Nos desafiamos constantemente a mostrar aspectos menos conocidos del mosaico del vino chileno y reemplazar el énfasis en «calidad por el precio» con «calidad real». Por eso, y por muchos motivos más, somos miembros activos de MOVI, el Movimiento de Vinateros Independientes.
Vivimos con Franc nuestro simpatico Labrador negro.